miércoles, 27 de noviembre de 2013

Momentos sonambuleros

Este ajetreo nocturno de la niña nos trae momentos curiosos. El otro día antes de irse a la cama, junto con su infusión de tila, estaba yo metiendo a la criatura una chapa sobre la importancia de que duerma tranquila y descanse, que no se levante ni haga ruido, y para dar más argumentos la dije que además podría despertar al hermano y rápidamente intervino el susodicho: “No, no, por mi no os preocupéis, que yo tengo un sueño muy hundido”.

Quien dice hundido, dice profundo, pero me gusta mucho más eso del sueño hundido.

A las pocas horas de esa reflexión oigo pasos, salgo de mi cuarto y me la encuentro por el pasillo:
- L. ¿donde vas?
- a por el lego
- los legos están guardados
- sí sí guardados (tonito de recochineo), están en la cocina
- que noooo, a la cama echando virutas
- sí sí a la cama (tonito de recochineo again)...

se da la vuelta, se vuelve a la cama y sigue durmiendo. Obviamente todo transcurrió con ella dormida. GLUB!!!!


A la mañana siguiente, llama el padre desde Bruselas (atentos al detalle que es importante: desde Bruselas) pregunta qué tal todo, le cuento que yo he dormido regular porque tras el paseíllo nocturno de L. ya no dormí de forma tan “hundida” como mi hijo, porque estaba con media antena puesta por si la volvía a oír por el pasillo en busca de sus amados legos.
Y contesta tan tolondo: “ bueno mujer, entonces todo bien, eso no es nada”. Claaaaarooo, no es nada para el que está en Bruselas, durmiendo en un hotel a pierna suelta.
Estos hombres a veces tienen un cuajo…

martes, 26 de noviembre de 2013

Ultimas lecturas

“Venganza en Sevilla” de Matilde Asensi
No me gustan los libros históricos. Ni siquiera me gusta la novela de ficción con tintes históricos. Creo que es un efecto rebote provocado por la pasión por ese género de mi madre y hermano. Recuerdo sus largas charlas sobre pequeños detalles históricos, que para mi carecían de toda importancia y que para ellos eran vitales. Aún siguen teniendo algunas veces ese tipo de conversaciones absurdas (para mi). Algunas de esas charlas sin sentido (para mi) se producían en los viajes. Y viajar en los 80 no era como viajar ahora. Hubo un trayecto mortal, rumbo a Denia en un Dos Caballos azul clarito. Padre y madre delante, y los tres hijos detrás. 38 grados de temperatura ambiente y amenizando, una tertulia sobre algún detalle del comportamiento de Napoleón. INSUFRIBLE. Creo que desde entonces no soy capaz de disfrutar con la novela histórica.
Todo este preludio para decir que estoy leyendo “Venganza en Sevilla” de Matilde Asensi y que me está gustando. Los primeros capítulos me los pasé pensando qué necesidad tiene esta mujer de ambientar sus historias en el pasado. Está claro que todas las historias necesitan ambientación, pero me refiero al tufillo histórico ese que me trae recuerdos de lipotimia en Dos Caballos. Pero he hecho el esfuerzo de dejar de pensar en la escritora y en sus motivaciones y he conseguido meterme en el relato y disfrutarlo
Esta chulo.

“Anna y el beso en París” de Stephanie Perkins
He sufrido una pequeña decepción con este libro. Había leído comentarios positivos, además sigo el blog de la escritora americana, y eso siempre da puntos porque te encariñas con el autor. Sin embargo, he de decir, que o me he hecho mayor o el libro es un poco truño. Ya sabía que era temática juvenil, pero muchas veces me gustan los libros juveniles en los que encuentras ingenuidad de la que otros autores de adultos parece que se avergüenzan, creatividad, diversión… En definitiva, características que yo valoro, y que en ocasiones solo se encuentran en libros destinados a los jóvenes, como si pasar a la edad adulta nos tuviera que volver a todos realistas, escatológicos y deprimentes. Que un poco sí… pero algo de aire fresco de vez en cuando, por caridad.
A lo que iba: no me ha gustado y lo he dejado sin terminar. Igual es la traducción, así que voy a darle otra oportunidad dentro de unos meses. Lo voy a intentar en versión original, y eso que soy perezosa para leer en ingles. Daros cuenta lo que hago por la autora de un blog que sigo…

“Crónicas marcianas” de Ray Bradbury
Este libro es un ejemplo de que se puede escribir bien de cualquier tema y se puede profundizar en detalles del ser humano en una narración ubicada en Marte.
El libro consiste en una colección de 25 relatos cortos inconexos que describen la colonización de Marte a través de diferentes momentos vividos por distintos grupos en diferentes momentos del tiempo.
No es ciencia ficción pura, en mi opinión es más bien surrealismo, ingenio y análisis psicológico. De hecho Radbury siempre dijo que él no escribía ciencia ficción. En su libro, además de marcianos y humanos, habla de racismo, del miedo a lo desconocido, de la emoción por las posibilidades infinitas, del poder de destrucción del ser humano…  Su lectura es amena y hay pasajes tan surrealistas y bien escritos, que no puedes evitar sonreír.

***

¿Alguna sugerencia para que añada a mi larga lista de lectura pendiente?

lunes, 25 de noviembre de 2013

En llamas

“En Llamas” es la segunda parte de la trilogía de los Juegos del Hambre. De los tres libros el que más me gustó fue el primero, sin embargo la película me decepcionó. En este caso he sido gratamente sorprendida, ya que esta película es, sin duda, mejor que la primera.

Se nota el cambio en la dirección (Francis Lawrence sustituye a Gary Ross) que se suma a una buena actuación y suficientes medios técnicos para garantizar el entretenimiento.
Aquí hago un inciso para comentar, que al contrario que les pasa a algunas de mis blogueras favoritas, yo prefiero con muchísima diferencia ver las películas en el cine. La pantalla grande, oscuridad y sonido, no son comparables al efecto conseguido en mi casa. Amén de las interrupciones varias con las que veo cualquier peli a domicilio: el teléfono, los niños, una infusión que se tercia en lo mejor de la historia… La expectación, además, es infinitamente mayor si voy al cine, una hora antes ya empieza la emoción. La única pega es el precio de la entrada, pero ahí entra en juego el orden de prioridades de gasto de cada uno. Muchas personas prefieren gastar los euros de la entrada en cañas, y ni te cuento en ropa. En mi caso, siempre estará en las primeras posiciones una entrada para ir al cine.

Volviendo a la película “En llamas”, no os puedo contar mucho sin destripar la historia, sobre todo si no habéis visto la primera parte. A pesar de considerar la primera película peor que esta segunda parte, creo que sí que hay que verla, o mejor: leer el libro, antes de ver “En llamas”. Copio a continuación un breve resumen de la saga en general, para que los que no la conocéis os hagáis a la idea de qué trata esta novela de ciencia ficción distópica:
“La trilogía Los juegos del hambre, se lleva a cabo en un período de tiempo futuro tras la destrucción de los países actuales, en un país conocido como "Panem". Panem está formado por un rico Capitolio, ubicado en lo que solía ser de las rocosas de América del Norte, y doce distritos que lo rodean. Los distritos más pobres, atienden a las necesidades del Capitolio. Cada año, el Capitolio obliga a cada uno de sus doce distritos a enviar un chico o chica adolescente a competir en los Juegos del Hambre. Los Juegos del Hambre, un retorcido castigo por un levantamiento que tuvo lugar en el pasado y una táctica de intimidación gubernamental continuada, son un acontecimiento retransmitido por televisión en todo el país en el que los "Tributos" deben luchar entre sí hasta que sólo quede un superviviente. El tributo ganador y su distrito correspondiente, recibirán grandes riquezas y alimentos ”.

Recomiendo la película para pasar un buen rato.
Me encanta la música, la estética, la historia, los personajes, los gestos…






Distrito 11 mostrando respeto hacia Katniss


jueves, 21 de noviembre de 2013

Mi mundo bloguero

A menudo pienso a qué dedicaría las horas que hoy en día se me van en mi blog y en los blogs que sigo.
Son tres años los que llevo vinculada con este mundillo, primero solo como lectora, luego lectora y comentarista, y finalmente escribiendo mi propio blog. Muchas horas que pienso cómo habría llenado de no haber caído por aquí.

Un día pincho en un blog de un periódico digital, un comentario habla de lo que se ríen leyendo a la dramamá, entro a ver que se cuenta la tal dramamá, me rio, me pica la curiosidad y voy entrando en algunos blogs de los que tiene enlazados en su blog roll…
…..................................... tres años después…...............................................................
...subo al metro a las 7:40 de la mañana, si consigo sentarme saco el ebook, si voy de pie, leo desde el iphone las entradas de los blogs que sigo. Misma operación tras la jornada laboral cuando vuelvo a casa en el metro, y a veces mientras mis hijos hacen los deberes.
 Por la noche, cuando ya hemos cenado, recogido, acostado a los niños, llega el momento del sofá, si la película o serie no me engancha, si no estoy con un libro, estoy leyendo/escribiendo/comentando blogs.

Leo blogs que responden comentarios y que no responden. Blogs bien escritos y mal escritos. Blogs que solo tienen en común que disfruto cuando los leo. Blogs que me hacen pensar y que me hacen reír. Blogs de madres y de no madres. Blogs de jóvenes y de no tan jóvenes. Blogs de personas reflexivas que analizan hasta el movimiento de una tortuga. Blogs de personas viscerales que se equivocan, lo asumen y además, lo cuentan. Blogs de mujeres sensatas, divertidas, con mil anécdotas que contar. Blogs de madres con adolescentes en los que te sientes como si les conocieras. Blogs en los que escribe hasta el gato, literalmente hablando. Blogs de madres que querían hija y mueren de amor por el único hijo. Blogs de madres en potencia que en cualquier momento conseguirán serlo. Blogs en los que se desmadrea con humor. Blogs de lectores y cinéfilos. Blogs de profes que son mucho más que eso. Blogs con imágenes que inspiran. Blogs de expatriadas y de extremeñas. Blogs escritos desde lugares próximos y lejanos...
         Este párrafo podría ser aún más largo, pero aquí lo voy a dejar.

Mi vida está llena de muchas otras cosas: trabajo, cuido a mis hijos, estudio ingles, hago pilates, voy al cine, discuto, me rio, veo a mis amigas... Pero ésta parcela bloguera es un aliño importante, que disfruto y saboreo. A menudo pienso a qué dedicaría todas estas horas…

martes, 19 de noviembre de 2013

Retrato de una obsesión

A raíz de un comentario en la entrada anterior, me he dado cuenta de que he sido muy de obsesiones toda mi vida. Haciendo un repaso mental rápido, en el que seguro que me dejo muchas en el tintero, recuerdo las siguientes obsesiones:

- Primera infancia: Los primeros recuerdos obsesivos que tengo son relativos a poder volar. Recuerdo perfectamente que le daba vueltas a la cantidad de ventajas que tendría si volara, llegaría a todas partes en un nanosegundo y no necesitaría ir al cole en Bus, ¿qué más se puede pedir a los cuatro años?.
- Segunda infancia y más: El pelo -> el pelo ha sido una preocupación recurrente en mi vida, ya le dediqué una entrada al tema. Hoy por hoy convivo plácida y resignadamente con lo que tengo, pero durante mi infancia viví el gran conflicto de querer ser Rapuncel con una madre que era más partidaria del pelo cortito “muy estiloso” decía ella, ahora me río…
- Adolescencia: El primer beso, me contestasteis algunas que era algo normal que preocupa en la adolescencia. Apostaría cualquier cosa a que mi preocupación no era la normal. Yo tenía miedo de ahogarme por no poder respirar por la boca. Ahí lo llevas. Ya os dije que era una lumbreras total. También me preocupaba no saber dar un buen beso, pero eso era secundario, estábamos hablando de supervivencia.
- Edad adulta: cuando nacieron mis hijos me tiré varios años obsesionada con el tema conciliación y la desgracia de ser madre trabajadora. Si en ese momento llego a abrir un blog me habríais odiado, porque habría sido monotema. Me sentía desgraciada por tener que dejar a mis retoños al cuidado de otras personas para irme a trabajar, pero a la vez no me atrevía a dejar mi trabajo. Para más inri me dedicaba a buscar lecturas y opiniones, (muy raras de encontrar por cierto) que secundaran mi idea de que durante los primeros años los hijos tienen que estar con los padres (en mi caso la madre, porque yo tenía claro que era yo la que quería quedarse con ellos). Leí “Los 7 mitos de la mujer trabajadora”, libro odiado por muchas mujeres y que me mortificaba.
Por suerte superé esa etapa, y una vez pasada, me alegro de seguir teniendo mi trabajo con buen horario. Pero ha habido años que me he sentido una cobarde por no seguir mi instinto de quedarme en casa cuidando de mis hijos. En cuanto empezaron el colegio, esa sensación se fue difuminando.

Actualmente creo que no tengo ninguna obsesión principal. Tengo muchas pequeñas, pero no una enorme que tape al resto.  Una pequeña muestra de los temas que me preocupan:
- El sueño inquieto de la niña, ya os conté de su sonambulismo. Está a tila diaria una hora antes de irse a la cama y hace una semana que no se levanta, pero sí habla y chilla. Me desespera no entender qué pasa en su cabeza para estar tan inquieta.
- El comportamiento del niño. Muy a pesar de todas las fans que tiene por aquí, he de decir que últimamente se está portando bastante mal. Todo lo que ha mejorado en el tema académico lo ha empeorado en comportamiento. Desobedece y me torea que da gusto. Sigue igual de simpático y zalamero, pero de obedecer nada. Son cosas sin importancia, pero que mosquean, del tipo: tener que llamar como cincuenta veces para que entre a la bañera, otras cincuenta veces para que salga de la bañera, unas setenta veces para que se lave los dientes y se vaya a la cama… y no sigo, pero os hacéis a la idea. Obediencia = cero puntos, Desesperación maternal por pasarse el día como un pastor payés llamando al rebaño = cien puntos.
- Que me toque la lotería. Ya se que esta obsesión no está a la altura de las dos anteriores, pero es lo que hay. Fantaseo con lo que haría con una buena lotería, si cambiaría mucho mi vida, si montaría algún negocio, si me iría a vivir a la playa, si las próximas vacaciones las pasaría en Sidney… las posibilidades son infinitas cuando estás forrada...

sábado, 16 de noviembre de 2013

Regreso al pasado

El otro día estaba yo tranquilamente en casa, tumbada en el sofá con el mini portatil encima leyendo blogs mientras mis hijos hacían los deberes y suena el teléfono, número desconocido:
- Hola Matt, soy PERICO DE LOS PALOTES (*). ¿Te acuerdas de mi?
- mmm - violentos segundos en silencio con la cabeza a todo trapo -mmmm, no caigo, perdona, ¿quién dices que eres?
- Perico de los Palotes, estudiamos juntos en BUP
- Ah sí hombre claro que sí, hará como mil quinientos años que no hablamos...

y ahí empezó el amigo Perico a relatarme que le ha dado por hacer un concienzudo trabajo a lo Lobatón para localizar a todos los que estudiamos juntos, porque dentro de dos años hará 25 años que dejamos el colegio y parece ser que siempre se organiza una quedada masiva a los 25 años. No tenía el gusto de conocer esa tradición.

El caso es que yo estudié en ese colegio solo el BUP, tres añitos, porque en COU ya me vine a vivir a Madrid. No he mantenido el contacto con nadie de esos tres años de mi vida. Lo pasé muy bien, estaba integrada y feliz en ese colegio, pero incluso en esa época yo seguía saliendo con mis amigas del cole donde hice la EGB. Con ellas, a pesar de que ya no vivo en esa ciudad donde pasé esos años de mi infancia y adolescencia, sigo en contacto, son grandes amigas. Pero con mis compañeros de clase de BUP, pues no. El caso es que me incluyó en el grupo de wasap donde actualmente estamos como 80 personas. (Por cierto, son unos 75 chicos y 5 chicas, porque al ser un colegio de curas, en esos años solo era mixto el BUP, y éramos muy pocas chicas). Volviendo al tema: QUÉ PEREZA.
Me sienta mal no verlo con más ilusión. Porque durante unos minutos me hizo gracia saber de todos esos compañeros a los que hacía siglos que no veía. Pero a día de hoy y unos mil guasaps después solo tengo una palabra para describirlo: PEREZÓN.
De los 80 reunidos en torno al móvil haría tres grupo:
- un grupo de los que eran más amigos míos, me alegré de saber de ellos e intercambiamos varios mensajes para ponernos al día de nuestras vidas.
- otro de los que eran unos infantiles cansinos en 1989 y lo siguen siendo hoy. Son los que monopolizan la mayoría de los mensajes con grandes paridas.
- y por último, un gran grupo al que no conozco. Parece mentira pero no tengo ni idea de quienes son. Debían ser de otra clase, pero aún así, si iban a mi colegio en mi mismo curso, aunque yo fuera al A y ellos al B, me deberían sonar de algo sus nombres, sus caras... Pues no. Nada. Cero. No se quienes son. ¿Cómo puedo tener una memoria tan selectiva?, no lo comprendo. Hay cosas que recuerdo con todo tipo de detalle, y otras que olvido de forma radical, no dejan ni el menor rastro.

Este reencuentro, en el que ya están organizando quedadas multitudinarias, me ha hecho reflexionar sobre la pereza que me da el asunto, y además, me trae muchos recuerdos de esa época, a la que parece ser que he dedicado poco tiempo en mi cabeza. Cada recuerdo es como una sorpresa. Me descubro recordando cosas como:
- los nervios por el primer beso, tremendo. Ya ves tu que la cosa no tenía ninguna ciencia, pero yo pensaba que iba a ser dificilísimo y le daba mil y una vueltas al asunto. Tardé más de lo normal en dar el primer beso, precisamente porque estaba convencida de que no lo iba a saber dar, que me iba a ahogar o algo. Era un lince.
- las risas en clase. Con mi compañero que se sentaba delante de mi todos esos años, y con el que hice una gran amistad, me lo pasaba en grande. Nos escribíamos notitas y nos reíamos de esa forma contenida que es mortal, porque sabes que estás en clase y no te puedes reír y entonces no puedes parar.
- las excursiones. Siempre lo pasamos genial, especialmente gamberreando en el autobús
- los exámenes. Siempre me ponía nerviosa y casi siempre sacaba buenas notas. Era una petarda en toda regla.
- los fines de semana de discoteca. Todos los sábados iba con mis amigas de la EGB  a bailotear. Qué bien lo pasábamos, vaya coreografías ochenteras, jajaja. Apurábamos hasta el último momento y luego había que volver corriendo a casa porque no llegábamos a tiempo y nos jugábamos poder discotekear el finde siguiente.
- fumar a escondidas. Esos cigarros colocaban porque solo fumábamos el fin de semana. Un cuarenta y tres con cocacola también colocaba.
- ir en vespino con mi amiga S. Su colegio estaba frente al mio y vivíamos al lado. Así que, aunque lo tenía super-prohibido, iba todos los días en moto con ella.
- también recuerdo flipar con la música en general y con Bruce Springsteen en particular. En eso no evolucionado. Y tampoco en mi afición lectora, que ya tenía desde niña y mantengo.
....

Nunca he puesto fotos nuestras en el blog, pero en esta ocasión me salto mi propia regla y os voy a enseñar cómo era yo a esa edad. Esta foto la tengo puesta en mi casa, yo tengo unos 15 años y tengo a mi hermana pequeña en brazos, estamos en la playa.
                                    ( me he rajado, la foto ha estado del 16/11 al 19/11, suficiente)

En definitiva, este reencuentro me tiene muy retro...

(*) nombre ficticio, menos mal que lo aclaro eh??

jueves, 14 de noviembre de 2013

Y el niño daltónico

Como continuación de la anterior entrada en la que os hablaba del sonambulismo de la niña, para que veáis que no nos falta de ná, pasó a relatar la “tara” del niño.

Por cierto mil gracias por los comentarios y mails. Muchos me han ayudado a tranquilizarme, especialmente agradecer el email que me ha enviado hoy M. una sonámbula confesa, en el que no solo me quita preocupaciones innecesarias, sino que además me da muy buenos consejos, un lujo.

Volviendo al tema de la entrada: mi pequeño retoño es daltónico. Una vez más, los antecedentes familiares no me pusieron en antecedente (valga la redundancia) y viví el descubrimiento con auténtico asombro. Yo soy así. Y mira que estaba presente el día que mi primo Fernandito volvió del cole pensando que había un complot entre la profe y sus compañeros para vacilarle, habían dado el sistema circulatorio, y toda la clase distinguía arterias y venas, pintadas en rojo y azul respectivamente, que él veía del mismo color. Pobre hombre, imaginaros su impresión al ver que toda la clase reconocía y le hablaban de colores que para el no se diferenciaban en ese dibujo del cuerpo humano.

También he vivido cuando otro de mis primos se independizó, y empezó a hacerse con ropa fosforita. Te le podías encontrar con un polo amarillo fosforito, calcetines y deportivas verde fosforito, y él encantado. Inconsciente de cómo deslumbraba.

Pues nada, yo en mi mundo, no estaba preparada para ese día, en que el niño iba disfrazado de monje con una túnica marrón. De un claro y rotundo color marrón, que para el niño era un claro y rotundo color morado. Ya tenía edad de distinguir los dos colores, así que tras unos cuantos: “cómo me gusta mi túnica morada”, seguidos de otros tantos: “pero niño que eso es marrón”, pasamos a hacerle el test de daltonismo.
Todas las fichas del tipo, que tú ves claramente un 3, y lees que pone “el sujeto daltónico verá un 24”, le preguntábamos y él convencido: “un 24 mamá, qué va a ser, se ve claramente”. Muy sujeto y muy daltónico.
Confirmado.

Hay varios niveles de daltonismo y él está en uno bajo, quiere decirse que sí distingue por ejemplo el rojo del azul (no va a pasarle como a mi primo Fernandito) pero luego hay otros muchísimos colores que para él son idénticos.

La historia no tiene ninguna importancia. No será un diseñador de moda talentoso, ni piloto de aviones, pero desde luego es algo que no me preocupa. Por eso, aunque llevo un año y medio hablando de mis hijos en el blog, nunca había salido a relucir. Me di cuenta por un comentario en Moneypenny en la última entrada y decidí poner remedio.

¿Alguna batallita con daltónicos que queráis compartir? pues adelante!

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi hija es sonámbula

Mi hija es sonámbula, desde bien pequeña empezó con su trasiego y charlas nocturnas.
No es que me pillara por sorpresa, porque tenemos bastantes antecedentes en la familia, es como el daltonismo del niño, pero aún así el primer día que te encuentras a tu hija con chupete en mitad del salón, el susto te lo pegas.

El caso es que antes era algo espaciado en el tiempo, pero desde que ha empezado el curso la cosa se ha intensificado mucho. En las últimas semanas ha sido un no parar, mis hijos se acuestan a las 9, pues a las 11, casi cada día ha tenido alguna movida, del tipo:

1. Plantarse en la mitad del salón. La hablamos y no contesta, así que ya se que está dormida, la cojo de la mano, la llevo a su cuarto y sigue durmiendo como si no ha pasado nada.
2. Aparecer en el salón y decir: “mamá” y yo: “¿qué?” ella: “ale, pues nada, nada, qué pesada, siempre igual”. Lo que comúnmente se conoce como echarme la peta. Sin venir a cuento y dormida… Miedo me da.
3. Levantarme por la mañana y no encontrar la cafetera. Como es de vaso de cristal y émbolo, dar por hecho que se le debió romper a alguien y no avisó. Descubrir horas más tarde que la cafetera reposa tranquilamente en la mesilla de noche de mi hija.
4 Ayer noche me llamó, voy a su cuarto y me la encuentro sentada en la cama diciendo: “mamá, dímelo ahora que estamos en privado. Ah! y dile a papá que me traiga el metal”.

JODER, yo ME CAGO.

Cuando era algo que pasaba una vez cada dos meses, hasta nos reíamos con sus charlas y paseíllos nocturnos. Ahora no me río. Tengo demasiados miedos.
Primero a que le pase algo en su danzar nocturno. Me sorprende lo bien que camina y se orienta dormida, pero aún así, ¡¡¡ESTA DORMIDA!!!!. El día de la cafetera estuve en shock imaginando cosas terribles que le habrían podido pasar en su aventurilla del rapto de cafetera. Me tranquilizó un compañero de trabajo que se mete paseos por la casa dormido desde que tiene uso de razón y nunca le ha pasado nada, pero aún así…
Además, no entiendo por qué está tan activa últimamente. ¿Le pasa algo? ¿es simplemente parte del proceso de desarrollo a sus 10 años? ¿está más nerviosa? ¿por qué?...
Dejamos la puerta de la calle cerrada con llave y alarma puesta, el camino desde su cuarto al baño despejado y con las puertas del pasillo cerradas. Pero aún así… ay madre…

Por favor, no me dejéis comentarios de historias chungas de gente sonámbula, que bastante tengo con mis propios miedos… Pero si tenéis alguna sugerencia, o idea que nos sirva de ayuda para minimizar riesgos y movimientos nocturnos ¡¡¡eso sí sería bienvenido!!!

martes, 5 de noviembre de 2013

La frase del día

Mi hijo se mira fascinado la muñeca en la que luce un reloj digital y dice:

" Me encanta este reloj, además sirve para muchísimas cosas, como por ejemplo cronometrar lo que tarda la profe en callarse"

Desde aquí mi más sincero reconocimiento a los buenos profes. Santa paciencia la vuestra...

lunes, 4 de noviembre de 2013

Sobre mis hijos - reflexiones todo a 100

Para contar esta batallita del niño, tengo que poner en antecedentes. Y aviso que los antecedentes son tristes, pero si llegas al final, igual sonríes.

Hace cinco años, que la hermana de mi marido murió repentinamente a los 34 años de edad y dejando una bebecita de cuatro meses. Fue una época horrible y una experiencia muy mala que no me apetece rememorar.

Ahora, volvamos al momento actual, ubicados ya en noviembre de 2013: la situación actual es que mi sobrina I. tiene 5 años, es una niña feliz a la que mis hijos adoran. Su padre tiene una novia con la que viven desde hace un año. Nos llevamos bien con ellos, y en nuestra casa mis hijos solo ha podido oír hablar bien del tio N. y su novia, puesto que la relación que mantenemos es muy cordial.

Estos son los antecedentes y presentes, y he aquí la reflexión del niño en mitad de la cena, él es muy de reflexionar mientras come…
- Tengo miedo por I. cualquier día nos la roban
Consternados preguntamos al chaval a qué se refiere
- Pues a qué me voy a referir, a que nos la… (y hace el gesto de robar con la mano, soltando los dedos al aire y recogiéndolos).
- Pero quién? Cómo?
- Pues a ver, su padre no es hermano de papá y la novia no es familia nuestra, así que… igual un día dejamos de verla
Hicimos todo un alegato a su favor, pero nada, él insistía, “sí sí lo que digáis, pero no son familia nuestra”.

Y ya cuando parecía el tema zanjado, voy a la cama a darle el beso de buenas noches y me suelta:
A mí nunca NUNCA me hagáis lo que le ha pasado a I. ¿eh?, pero nunca. De ti me fio más pero de papa… lo único bueno es que tú eres un año más joven”.
Le di el beso, le arropé y salí del cuarto sin preguntar más. Pero parece claro que se refería a que ninguno de los dos nos muramos, y en caso de hacerlo, el otro no se empareje de nuevo.

Lo de que sospeche más del padre que de mi no se cómo tomármelo...