martes, 30 de abril de 2013

Los siete pecados capitales de la lectura

Mi querida Inma me ha concedido este premio tan chulo, que viene acompañado de sus siete preguntitas de marras. Procedo a contestar:
1. Avaricia: ¿cuál es tu libro más caro y el más barato?

Hablar de libros baratos es fácil, porque me dejan muchos libros, por lo que la partida de gasto nulo es muy grande.
En cuanto a libro más caro, no sabría decir. Cuando un libro me ha apetecido mucho, no me ha importado pagar lo que sea por él, no miro el precio.

2. Ira: ¿con qué autor tienes una relación amor-odio?

Creo que con ninguno. Los autores o me gustan, o no me gustan, o me son indiferentes. De un autor que me gusta en general, siempre hay obras concretas que no me gustan, pero no entro en odio.

3. Gula: ¿qué libro te devoras una vez tras otra?

El único libro que releí muchas veces, aunque hace años ya de eso, es Cien años de Soledadde García Márquez. También he leído varias veces "Sin noticias de Gurb" de Mendoza, siempre en momentos en los que iba buscando reírme.
Aunque no es un libro, no puedo dejar de mencionarlo ya que ocupa el top 1 de relecturas: Las tiras de Mafalda de Quino. Teniendo en cuenta que empecé a leerlas con 6 ó 7 años, que durante muchísimos años, han estado en los cajones de mi mesilla de noche, y no conseguía dormirme sin leerlas, pues os hacéis una idea. Me las se todas de memoria. Y me siguen encantando. Es la única lectura que siempre, a todas las edades y circunstancias de mi vida, me ha gustado. En general Quino es muy grande, pero mi unión con Mafalda es muy especial, ya lo conté aquí.


4. Pereza: ¿Qué libro no has leído por flojera?

Hay muchos libros que primero me dan pereza y luego acabo leyendo. Siempre que hay un libro del que todo el mundo habla, me da pereza. Y pasado un tiempo, me apetece. Por ejemplo ahora me da mucha pereza el de Canción de hielo y fuego, pero sé que acabará llegando su momento.


5. Orgullo: ¿De qué libro hablas para sonar intelectual?

De ninguno, leer no es intelectual. A los 15 años igual pasé una etapa pedante, literariamente hablando, pero a Dios gracias la superé, porque no veo nada más ridículo que una intelectualidad forzada.

6. Lujuria. ¿Qué encuentras atractivo en los personajes femeninos o masculinos?

Me gustan los personajes con fortaleza, pero de esa que en realidad es fragilidad que se supera a base de darse de golpes con la vida. Me gustan los que no son obvios, que parecen una cosa, pero que realmente vas descubriendo sus matices a lo largo del libro. En realidad hay muchas cosas que me resultan atractivas, estoy pensando en mis últimas lecturas, y casi de cada personaje podría decir algo muy diferente que me gustaba.

7. Envidia: ¿Qué libro te gustaría recibir cómo regalo?

Cualquiera de los que tengo en mi lista de pendientes, que son muchos.


Este premio se lo paso a Por fin yo misma, a Drew, Inma y su mundo y a Mamá de un bebote.

lunes, 29 de abril de 2013

La comunión

Prueba superada con éxito. El sábado mis dos hijos hicieron la comunión. Por fin podemos dormir sin un vestido de organza ondeando sobre nuestras cabezas, colgando de la lámpara de nuestro dormitorio. No preguntéis. Una mirada y chasquido de lengua de mi madre fue suficiente para que abandonara la idea de meter el vestido de la nena en el armario. Qué poder el de algunas madres, quien lo pillara. Esa mirada que te está diciendo de tó y no te dice ná. Y tú a tus 39 castañas, que ya son castañas, no necesitas más, retiras el vestido de la barra, miras hacia arriba y localizas la lámpara de tu cuarto. Cinco días. Con sus cinco noches. Con el vestidito en cuestión sobre nuestras camas, que a las 3 de la mañana te levantas a hacer pis y te metes un susto acompañado de gritito y bronca del marido, que es para verlo.
 Volviendo al día X, había muchas cosas que podían haber salido mal, y sin embargo todo fue genial. Podrían haber dado un estirón en el último momento y que los atuendos les quedaran cortos, o haberse manchado en el recorrido de casa al cole, o que hubiera llovido, o mil cosas terroríficas más. Y todos esos pensamientos de posibilidades nefastas corrían por mi mente de madre histérica los días previos. Pero no pasó nada, todo fue genial. La niña se despertó nerviosa y el niño feliz y relajado. En todo siempre son opuestos, o complementarios según se mire.
-          La niña: ay mamá qué nervios tengo, ¿lo haré bien?
-          Yo: Pues claro que sí cariño, es imposible que salga mal. Porque aunque fuera así, nadie nos íbamos a dar cuenta. ¿Tu S. estás nervioso?
-          El niño: ¿Yo? Que va!, si hemos ensayado muchísimo. Lo que pasa es que como la hermana lee, por eso tiene más tensión, yo no, es lo bueno de leer mal, que no te eligen para estas cosas.
El niño tiene una jeta que le saca partido hasta a ser un paquete.
Desde luego que tener a cada uno de una forma de ser tan totalmente diferente le da vidilla al asunto, porque si los dos fueran tan perfectitos y autoexigentes como la niña, sería un poco aburrido. Y si los dos fueran tan @#€& como el niño, directamente me cortaba las venas.
En Madrid hoy hace un frío de tres pares de pelots, y llueve sin parar, sin embargo el sábado hacía frio, pero con ratos de solete a todo meter. Así que los niños pudieron jugar al aire libre, subirse a un castillo hinchable con sus galas y perseguirse por los jardines del lugar donde fuimos a comer.
Lo dicho: ¡prueba superada con éxito!.

martes, 23 de abril de 2013

Diario de invierno

Estoy disfrutando mucho con la lectura de Diario de Invierno de Paul Auster y hoy me voy a inspirar en él para escribir esta entrada. Una cosa buenísima del blog es que escribo cuándo quiero y de lo que me da la gana. Acostumbrada a ir con horario y obligaciones para el todo (horario de oficina, horario de recogida del colegio, horario de clase de pilates y un largo etcétera) encontrar algo que haces solo cuando quieres es una bendición, pero tiene el peligro de que escribas menos de lo que podrías. Conste que mentalmente todos los días escribo una entrada, mientras voy en el metro o mientras me ducho, de hecho muchas son mejores que las que luego dejo plasmadas por escrito. Pero es que claro, encontrar tiempo para teclearlas ya es otro cantar.
A lo que iba, que Paul Auster es un gran escritor es algo indiscutible, pero me pasa con él algo que comentaba también Ro hace poco, no siempre me interesa lo que tiene que contar, aunque lo haga de forma impecable. En este libro sin embargo está dando conmigo tanto en lo que cuenta como en el cómo lo cuenta.
En un capítulo hace un repaso por las casas donde ha vivido, y yo he vivido en unas cuantas, así que voy a hacer mi recorrido particular:
-          De los cero a los cuatro años, en un piso en Santa Engracia, Madrid. Recuerdos: creo que la mayoría son construidos, por ejemplo, creo recordar que con año y medio me encantaba sentarme en un sofá frente al balcón y buscar en el periódico crucigramas a los que llamaba balistanes. Mi padre lleva en la cartera una foto mía en uno de esos momentos y me ha contado mil veces lo de que me inventaba las palabras que desconocía. Así que es muy probable que mi recuerdo se base en la historia que tantas veces he oído. En ese periodo pasamos también un tiempo en un pueblo de la sierra de Madrid donde tenía mi madre su plaza de profesora. Y ahí sí tengo un recuerdo totalmente propio ya que no había testigos, y es el de una señora dándome para desayunar pan con tocino untado y diciéndome que no se lo contara a mi madre. Estábamos las dos solas en la cocina. Me pirraba ese pan con tocino que me daba muchos días para desayunar, nunca se lo he contado a nadie, sigo manteniendo el secreto con esa señora que desconozco.
-          De los cinco a los siete años, en un piso en Santa María de la Cabeza. Recuerdos: tengo dos muy claros, uno es de estar cagando y pensando dónde estaría yo antes de nacer. Otro es de una estatua de un arcángel que había cerca de donde vivíamos, al que habían lanzado un calzoncillo azul a la cabeza.
-          De los siete a los diecisiete años, en un piso en la provincia de Toledo. Recuerdos: miles de millones. Es la que considero mi verdadera casa. Un piso enorme, luminoso, que hará que ninguna otra casa en la que viva me parezca tan bonita. Hace muchos años que no vive en ella nadie de la familia pero siempre que voy me pongo nostálgica. Mi cuarto tiene una terraza cubierta donde me he pasado horas, en teoría estudiando o haciendo deberes, en la práctica leyendo novelas, tiras de Mafalda, escribiendo mi diario, escribiendo cartas, oyendo música o con la vista perdida en el cielo viendo bandadas de pájaros volar o formas de nubes. Seguramente yo no sería la que soy si no hubiera tenido ese espacio para mí sola donde he pasado tantas horas conmigo misma y mis pensamientos.
-          De los diecisiete a los veintidós, en una residencia universitaria en Madrid. Recuerdos: jugué al mus, fumé como una cosaca, me pasé noches enteras de conversación con mis amigas, me pasé noches enteras estudiando para exámenes, me reí hasta el dolor de tripa, me arreglé para salir de marcha, llegué de madrugada de marchas nocturnas… y esto es solo un extracto de las cosas que hice en ese tiempo.
(nota mental: UFF, ya estoy aburrida de escribir sobre las casas por las que he pasado, con lo bien que le quedaba a Paul… tranquilos, a partir de aquí voy a ser más breve)
-          De los veintidós a los veintitrés, en un piso compartido con una amiga de la carrera. Recuerdos: primer contacto con la cocina y confirmación de que no es lo mío.
-          De los veintitrés a los veinticinco, en un piso compartido con mi hermano. Recuerdos: qué bien nos llevábamos antes de vivir juntos sin padres.
-          De los veintiséis a los veintiocho, el primer piso que me compré, enano pero en una zona buenísima de Madrid. Recuerdos: qué gran felicidad. Me encantó vivir sola, tener todo a mi gusto, comer lo que me diera la gana. Nunca me sentí sola, en parte porque mis padres, mejores amigas y novio, estaban bastante a mano; y en parte porque no me molesta la soledad.
-          De los veintinueve a los treinta y uno, en un piso en Lavapiés. Nos mudamos porque al casarnos, y con intenciones de tener hijos cuanto antes, no cabíamos en mi cani piso. Recuerdos: un guacamole casero que nos cenábamos sentados en el sofá rojo, llegar a casa con mi linda L. recién nacida, olor de comida india entrando por la ventana abierta del salón, las paredes de la casa de colores…
-          De los treinta y uno a los treinta y cuatro, en un piso en la zona del Pasillo Verde, Madrid. Un piso amplio y en un barrio con muchos parques y zonas para pasear. Creía que sería mi última vivienda, pero no pudo ser. Recuerdos: el año de excedencia que cogí cuando nació S. y L. tenía 16 meses, ¡qué bien me lo pasé ese año!, no madrugar, pasear más que nunca en mi vida, dormir siesta cuando mis hijos lo hacían, dar de mamar a S. mientras veía jugar a L. sentada sobre la alfombra…
-          De los treinta y cuatro hasta la actualidad, en un piso muy céntrico de Madrid. Nos cambiamos de casa para acercarnos al colegio de los niños y a nuestros trabajos. Recuerdos: todos los que voy arrojando al blog; vida cómoda, a pesar de vivir en una ciudad grande mis hijos van andando al colegio, y marido y yo estamos muy cerca del trabajo; no tener la necesidad de coger el coche porque en el barrio hay de todo.
He pasado por muchos sitios, y seguro que cada sitio en el que vivimos deja una huella en nosotros. ¡Así que tengo huellas para hartar!. ¿Se anima alguien a contar su periplo por las diferentes viviendas por las que haya pasado?.

jueves, 18 de abril de 2013

Sobre mis hijos (y sobre mí misma) XIII ~ el emigrante

O más bien el no emigrante. Porque esta anécdota nos ha dejado claro que hoy por hoy las trazas de mi hijo no van en la línea de viajero nómada. Parece mentira que sea hijo mío, yo no he viajado más porque no he podido. En cuanto mis padres me dieron el permiso que llevaba pidiendo desde los 9 años, me fui los veranos al extranjero: con 14, 15 y 16 años a Inglaterra, y luego a Alemania todos los veranos hasta que terminé la carrera, ah, y uno por ahí en medio estuve en EEUU. Anda que no me lo he pasado yo bien esos veranos, conociendo gente de lo más dispar y viviendo en casas totalmente diferentes a la mía. Recuerdo especialmente buenos los dos veranos que pasé en un pueblecito inglés, en casa de una viuda escritora que vivía sola. La buena mujer me hacía una tarta diaria, y cuando volvía por la tarde, nos sentábamos con la tarta y dos cucharas a ver Dirty Dancing. Luego me iba al pub del pueblo con todo el mogollón de estudiantes, a aprender de todo menos inglés. Y cuando terminé la carrera, porque ya estaba ennoviada hasta las trancas, que si no, me persono yo en Australia a pasar un año o dos, sin dudarlo.
Bueno a lo que iba, que me disperso. El niño no ha salido a madre, y ahora os lo voy a documentar:
Nos aparece la criatura con cara de pánico diciendo: “menuda pesadilla que he tenido”. El es muy de madrugar, y muy de venir contando rollos sobre los supuestos sueños y pesadillas que ha tenido, para que así le escuchemos a unas horas en las que solo te apetece meterle un cojinazo y echarle del cuarto. En esta ocasión parecía una pesadilla muy real, le animamos a que prosiga y ponga a sus sufridos padres al día sobre los temores pesadillescos.
-          Bueno bueno, menuda pesadilla – tragando saliva, y cejas para arriba y para abajo- Resulta que nos cambiábamos de casa a un chalet de 3 pisos … (silencio. Nosotros a la espera de fantasmales apariciones que habría en ese chalet, pero el sigue en silencio)
-          Y?.
-          Pues eso!! Que dejábamos nuestra casa, ¡la que conocemos, todas nuestras cosas!.
-          Y?.
-          Y nada más, eso. Que dejábamos todo lo nuestro mamá, TO-DO, con lo bien que conozco yo mi cuarto y todas mis cosas, y nada, lo dejábamos sin más para irnos a un chalet de tres pisos.
-          Tu cuarto es fácil de conocer, tiene un metro cuadrado. Es el más pequeño de toda la casa, no veo cuál es la pesadilla
-          Pues mamá, en el sueño también era una pesadilla para ti, que lo sepas.
-          ¿Pero nos íbamos a una casa mejor?
-          Bueeeno bueeeeno mejor, eso habría que verlo. A mí me encanta esta casa y mi cuarto, que me lo conozco de maravilla
Me callo, pero que conozca su cuarto no es ningún mérito joder, lo que es un mérito es que en su micro-cuarto quepa una cama, una mesa de estudio, y un armario por Dios, que tiene un cuarto canijo y ahora resulta que irse de él a un chalet de tres pisos!!! es una pesadilla.
Conste que yo no soy de chalets, soy de vivir en el centro de Madrid, en una zona cómoda para todo. Y la casa de campo, si me la pudiera permitir, la tendría para los fines de semana y momentos de necesidad de escapar. Pero de ahí a que considere una pesadilla dejar nuestro piso, va un trecho.
Por otra parte en casa somos muy fanS de madrileños por el mundo y similares, el otro día estábamos viendo uno sobre Nueva Zelanda, y el niño que es muy de fauna animal y vegetal, estaba flipando. Le pregunto si se iría a vivir a ese país, si aquí no tuviera trabajo y allí sí, y me contesta sin mirarme:
-          Ni loco. Yo a esos países voy de vacaciones con vosotros, pero luego vuelvo a mi casa y a mi cuarto. – no soltó lo de “que me lo conozco de maravilla”, porque la imagen de un pelícano le tenía absorbido -
Ahí lo llevas, perfil emigrante emprendedor, ¿eh?. Temblando estoy, porque ahora es monísimo y besuqueable, pero cuando tenga barba y siga sin querer salir de nuestro piso, no me voy a reír tanto… Aunque la gente cambia, ¿o no????.
Confío en que su hermana, que es todo lo contrario, y a sus 9 años ya fantasea con el momento en que pueda tener móvil, coche y quedar con sus amigas siempre que quiera, me ayude a hacerle mover el culo cuando llegue el momento!.

martes, 9 de abril de 2013

Sobre mis hijos XII ~ el resumen

Ya os hablé sobre la vida académica de mi hijo, así que quien más quien menos, los que pasáis por aquí ya sabéis que el niño estudioso, lo que se dice estudioso, no es. En cualquier caso, este año tiene una profesora fantástica, el chaval también debe estar madurando y a pesar de su querencia innata a la vagancia, le está yendo bastante bien.
Ayer salió del cole con una sonrisa de oreja a oreja a golpe de: “mamá, lo mejor, mañana tengo examen de cono(*), pero ha dicho Mercedes que tenemos que hacer un resumen de la unidad y estudiar solo el resumen. Mamá, ¡solo el resumen!”.
Tanta efusividad por el resumen ya me hizo presagiar la que se avecinaba, pero como suele suceder, la realidad superó a la imaginación. Me saca una hojita con cuatro líneas por cada lado y eso sí, un gran dibujo acompañando a esas cuatro misérrimas líneas. De toda la unidad la criatura había extractado lo siguiente:
El pueblo: tiene casas bajas, no hay coches, no hay comercio y la gente trabaja en el cultibo (con b de burroà esto lo añado yo, no venía en el resumen gracias a dios).
Y un gran dibujo a todo detalle de un pueblo.
La ciudad: tiene casas altas, hay coches, muchos comercios.
Y un gran dibujo a todo detalle de una ciudad.
Ahí lo llevas. Con eso se liquidaba mi niño la unidad 6 de Cono. De las quince características de vida urbana y rural, de las señales de circulación y demás, ni rastro.
-          A ver hijo mío, ya me estás corrigiendo cultibo por cultivo
-          Ya, yo es que tengo un problemilla con la B y la V
Ni que lo digas, problemilla se queda corto, pero por no entrar en polémicas, ni le contesto. Sobre las señales de tráfico comenta el niño que no hace falta estudiarlas que él viaja mucho y las domina… Menos mal que en esta ocasión cogió el testigo el padre, mira, una cosa buena tiene su inmovilidad y baja… y finalmente consiguió que el niño estudiara la unidad, y se dejara de su cutre resumen.
Me parece a mí que su profe les tiene en muy elevada percepción si se piensa que con 8 años pueden hacerse un resumen y estudiar solo eso. Claro, que también puede ser que no todos sean tan torpedos como mi hijo.
Le cuento la batallita a mi hermana, esperando el típico: ya le vale, qué mérito tienes hermana, santapaciencia la tuya, o similares formulas de apoyo y va la tía y me suelta “¡mi sobrino es grande y un visionario del resumen! Es que él tiene ya la vista puesta en cuando se tenga q estudiar 200 temas para una oposición y hay q sacar lo gordo de cada uno... Y siempre mejor si es visual, ¡nada mejor que un dibujo!.”
Con este club de fans del niño, no hacemos carrera de él…
(*) Conocimiento del medio

lunes, 8 de abril de 2013

Para lo que han quedado

Debo un post de actualización, porque estoy escribiendo muy poquito. Lo que ocurre es que lo que tengo que contar ahora de mi vida es poco y aburrido, así que lo voy a resumir: marido sigue recuperándose, yo cada día con menos paciencia y más hartazgo, los niños siguen simpáticos a tope, mi trabajo sigue siendo una caja de incertidumbres y preocupación. Me evado con literatura ciencia ficción rollo juvenil, así que estoy enganchati a Divergente. Listo. Nada más que comentar sobre mi vida.
Venía yo a contaros un par de conversaciones que han surgido a raíz de la imputada. Según salió la noticia y la comentó en voz alta uno de mis compañeros, pensé rápidamente en mi madre, que anda calentándose al sol en el sur de España. Si hubiera que definir a mi madre en tres palabras diría que es: educada, limpia y buena persona. Obviamente con esa definición me he quedado en un 5% de lo que es, pero lo comento para que veáis que es una persona muy educada y tranquila (lo de la limpieza no viene al caso pero había que soltarlo, decir que tiene la casa como los chorros del oro se queda corto). Sin embargo en los últimos tiempos está de un indignado con la crisis, la corona, el vaticano y con todo, que ni se la reconoce. Si hace años me dicen que esa señora que es mi madre, siempre tan arregladita y con el por favor y el gracias en la boca iba a estar en modo basilisco on, y no me lo creo.
A lo que iba, que salí al pasillo a llamar a mi madre a contárselo, que ya sabía yo que me iba a reír un rato:
 -          Mamá!! Que imputan a la infanta Cristina!
-          Le está muy bien por choriza, corrupta y cómplice – ahora entendéis el por qué de mi interés en que la ubiquéis en persona tranquila y educada, ¿no?. Haber llevado a mi madre a ese estado de crispación tiene tela marinera, no es fácil no.
-          Pues dicen que ahora se va a divorciar.
-          ¿Divorciarse por qué? Si ella mejor que nadie sabe con quien vive. Al final la más digna Elena la pobre. Bueno hija, tú en cuanto salgan noticias o chistes de esto, me lo vas mandando por guasap.
-          Vale mamá, yo te lo paso.
-          No se figuran los borbones el juego que nos dan desde que han entrado en el club del Lute el Dioni y compañía

Y claro, vuelvo a mi mesa muerta de risa. ¡Qué mujer!. Toda la tarde noche me pasé mandándola chistes y foto montajes con la imputada y el resto de la familia. Que yo se que se indigna, pero también se lo pasa bien con el gracejo español que le saca punta a tó.

También hubo charleta sobre el tema en el grupo de guasap con la familia de mi marido. Se inicia el tema con la imagen del chiste de “infanta naranja”:
-          Cuñado dice: Si ella está naranja el rey y su hermanito deben estar amarillos como limones.
-          Cuñada:  Todo muy bien, vamos hacia la república pero lo del PP qué???
-          Yo: Una cosa no quita a la otra. Hay mil frentes abiertos en este país, abrir uno no implica cerrar otro. Somos multimarrón.

Y es que tiene razón, que lo gordo es lo gordo, y esto a veces hasta parece una cortina de humo. Pero no, todo importa, hay una crisis generalizada y lo primero que hay que hacer es reconocerlo. Las instituciones son las primeras que fallan, más que el ciudadano de a pie. Es de justicia reconocerlo. Pero peor que el hecho de que no estén a la altura, sería el ocultarlo, así que si algo bueno se puede sacar de todo esto es que al menos nos estamos enterando. En otro tipo de sociedades y en otros tiempos, se habrían tapado.
Crisis de valores, crisis del modelo económico, crisis del sistema educativo, crisis en los partidos políticos, crisis en la monarquía.
Reconocido está.
Ahora toca que los ciudadanos tomemos conciencia de lo que se puede aportar, porque todos podemos hacer algo, en nuestro micro-entorno podemos restaurar alguna de las parcelas, por ejemplo la primera (valores) y a partir de ahí, se podrá ir tirando hacia arriba y construir algo nuevo y mejor.

miércoles, 3 de abril de 2013

Miércoles Mudo ~ mis soles bajo un cielo de nubes